Intervención colorada, en los tiempos de Perón y en los tiempos de Kirchner (página 2)
El presidente uruguayo Dr. Juan José de
Amézaga, asumió la Primera Magistratura el 1 de
marzo de 1943 y permaneció en ella hasta el 15 de febrero
de 1947. Esto fue producto, de
haberse realizado en el año 1942 las elecciones nacionales
en el Uruguay y
haber salido triunfador de la contienda electoral, el Partido
Colorado con la formula José de Amézaga- Alberto
Guani. Durante este periodo de gobierno, se hizo
todavía más evidente la definición
pro-aliada del Uruguay. Es decir, una política
internacional contraria al "Eje Roma-Berlín- Tokio". Como se dice en el
tomo 7 de la Historia uruguaya escrito
por el equipo de historiadores Benjamín Nahún,
Angel Cocchi, Ana Frega e Yvette Trochón "Dos hechos
merecen destacarse en este contesto: el primero, a corto plazo,
fue el intento de plasmar lo que se llamó la "Doctrina
Rodríguez Larreta" ( nuestro Ministro de Relaciones
Exteriores), que llegó a proponer en el concierto
panamericano la necesidad de intervenir en los asuntos internos
de los países que no adhirieran a los principios de la
democracia y
la defensa hemisférica. Esta iniciativa no tuvo éxito,
pero sirvió para marcar las distancias frente a la
Argentina, dónde el Cnel. Juan Domingo Perón
afirmaba su carácter neutralista. El segundo, a mediano
y largo plazo de indudables consecuencias, fue el comienzo de la
estrecha vinculación que ligó a nuestras Fuerzas
Armadas con los Estados Unidos,
no sólo en materia de
equipos y pertrechos bélicos, sino en la adopción
de manuales
técnicos, propuestas organizativas y concepciones
estratégicas."
La doctrina sustentada por Rodríguez Larreta
(Ministro de Relaciones Exteriores del Presidente
Amézaga), se centraba sustancialmente en la necesidad de
intervenir en los asuntos internos de los países
latinoamericanos que no adhirieran abiertamente a los principios
de la democracia y la defensa hemisférica. Con respecto, a
la doctrina Larreta,
Carlos Real de Azúa dice lo siguiente "La
doctrina Larreta se basa, como es notorio, en la innegable
relatividad de las soberanías nacionales (usemos la
fórmula pretenciosa: en "la caducidad creciente de la
forma nacional") y en indisputables derechos que la Sociedad
internacional posee. Derechos ante situaciones que pueden
comprometer la comunidad de naciones entera; derechos ante lo
que dentro de una frontera pueda violentar escandalosamente
los presupuestos morales o políticos mínimos
sobre las que todas viven o dicen vivir. La doctrina Larreta
olfateó habilidosamente cierto aire de
"política misional" que el mundo respira desde hace un
cuarto de siglo, de esa conciencia de una "misión"
que, según Eugenio D´Ors, significa "meternos
donde no nos llaman"." La mencionada doctrina al adjudicarse
y al adjudicarle el propio Rodríguez Larreta un
status-rol de "política misional" que, según
Real de Azúa, citando a Eugenio D´Ors significa
"meternos donde no nos llaman" condujo a intromisiones por
parte de organismos panamericanos en los asuntos internos de
aquellos países latinoamericanos que no practicaban
una política exterior pronorteamericana.
A esto se le suma, que el ascenso del movimiento
peronista en la Argentina se dio al mismo tiempo que la
doctrina Larreta estaba en pleno auge en nuestro continente y
especialmente en el Uruguay. En relación a esto, Real de
Azua dice lo siguiente "El advenimiento del peronismo, casi
simultáneo a la ya examinada doctrina Larreta fue para el
Uruguay el primer gran presente inmediato de esa post-guerra tan
idealizada hasta poco tiempo antes, tan hosca cuando vino. El
peronismo planteó a la línea nacional uruguaya un
desafío estruendoso por su calidad
irrecusable de vecino y por todas las implicancias que esta
calidad aparejaba". Es asì que, el advenimiento del
peronismo casi simultaneo a la doctrina Larreta, según
Real de Azúa , fue para el Uruguay "La Suiza de América" una especie de contra-cara
constante que no lo dejó dormir con tranquilidad. Por lo
menos, hasta el año 1955.
En el año 1945, en la
República Argentina y en el plano político,
estaban ocurriendo hechos muy importantes y el gobierno uruguayo
de Amézaga, no practicaba una política de no
intervención en los asuntos internos de un país
soberano.
El historiador uruguayo, Carlos Machado dice lo
siguiente "Rodríguez Larreta, el canciller de
Amézaga, le arrimó sus esfuerzos a Braden. El 8
de octubre, mientras se precipitaba una crisis y los mandos
de Campo de Mayo se movilizaban para desplazar a
Perón, declaró en el cine Radio City: "En una
mano la bandera de las libertades, y en la otra, si fuera
preciso, la espada de las sanciones", anticipando así
las intenciones de apadrinar –desde Montevideo- la
intervención conjunta en Buenos Aires. El "peronazo"
fue un primer revés. Más de 300.000
trabajadores se volcaron sobre Buenos Aires para respaldar a
Perón en aquel 17 de octubre. Igual pronunciamiento
multitudinario se produjo en Rosario, Córdoba,
Tucumán y la Plata., el matutino "El País,"
orientado por el canciller de Uruguay, llamó a la
muchedumbre "chusmaje asalariado"".La política seguida por Rodríguez
Larreta, hacìa el gobierno de Farrell, era funcional a
la E.E.U.U. y a su política llevada adelante por su
representante diplomático en la Argentina, el inefable
Spruille Braden. Además, la opinión de el
matutino "El Paìs", orientado, según Machado,
por el canciller, con respecto a lo ocurrido el 17 de octubre
de 1945 en B. Aires, coincidía plenamente con la
opinión de Enrique Mosca (candidato a la
vicepresidencia por la Unión Democrática, en
las elecciones nacionales del año 1946) "Fueron
salvajes estallidos de las hordas analfabetas estupefactas
por el alcohol". O con la definición dada por el
diputado radical Ernesto Sanmartino "aluvión
zoológico". El historiador Carlos Machado sigue
diciendo "El canciller uruguayo entonces, decidió
atacar. El 21 de noviembre cursaba su mensaje a las
cancillerías proponiendo pasar por encima del
principio de la"no intervención", preconizando
–con la vista en el caso argentino- las "acciones
multilaterales": "el principio de no intervención no
ampara ilimitadamente la notoria y reiterada violación
por alguna República de los derechos elementales del
hombre y del ciudadano y el incumplimiento de los compromisos
libremente contraídos (…) la no intervención
no puede transformarse en el derecho de invocar un principio
para violar impunemente todos los otros (…) una
acción colectiva, multilateral, ejercida con total
desinterés…se ejerce en beneficio de todos, incluso
de aquel país que tan duro régimen
soportaría" (!). Antes de la semana, James Byrnes,
Secretario de Estado del gobierno de E.E.U.U. le dio su visto
bueno: "Mi gobierno se adhiere a los principios enunciados
por el distinguido ministro de RR.EE. uruguayo".El 29, Juan
I. Cooke, canciller argentino, pronunció su
enérgica respuesta: "No puede haber terreno más
peligroso y resbaladizo que el de la apreciación
externa de la actuación política de los
países". Solo Guatemala, Costa Rica y E.E.U.U.
secundaron la proposición uruguaya, mientras
Panamá manifestó "reservas". Todos los otros
países condenaron en términos severos aquella
ocurrencia".En nombre de los derechos humanos y su defensa,
Rodríguez Larreta, apostaba abiertamente por la
intervención en la Argentina. Es decir, como afirmaba
el canciller uruguayo, una acción colectiva,
multilateral, ejercida con total desinterés, donde
todos van hacer los beneficiados. La Argentina, por supuesto,
la primera beneficiada de la intervención salvadora.
El gobierno de la E.E.U.U. por boca de su Secretario de
Estado adhirió de una manera total y absoluta a la
propuesta interventora de Rodríguez Larreta. No
faltaba más. Esto ocurría en el año
1945. Como, muy bien dice, Carlos Machado "Faltaba,
todavía. Cuando se aproximó la fecha de las
elecciones ( enfrentando la candidatura de Perón a la
de Tamborini, expresión de la "Unión
Democrática" de radicales, conservadores,
demo-progresistas, social demócratas y comunistas,
sumados).el matutino "El País", oficioso vocero de la
cancillería, apresuró pronósticos
ligeros: -que hasta el momento, los grupos adictos a
Perón no han registrado listas, suponiéndose
que tendrán dificultades para hacerlo por carencia de
candidatos; que está confirmada la impresión de
algún observador según la cual el peronismo ha
perdido sus ya escasos contingentes en los últimos
días; que si dejan de votar, la mayoría
democrática será de tres a uno.El 22 de febrero del 46, a pocas horas de las
elecciones, publicó un reportaje a Repetto. "Ahora es
común que la cocinera o la mucama, con falsas
acusaciones, haga comparecer a sus patrones ante la
Secretaria de Trabajo. Evitando las reclamaciones de sueldos
ya abonados, en el presente todas las familias argentinas
hacen firmar recibos al servicio doméstico. Pero
siempre se tiene la sensación de tener a un
espía o a un enemigo dentro del domicilio", se
quejó ".El matutino "El Paìs" (que se
auto-proclama, primero siempre), vocero oficioso de la
cancillería, según Machado, apostaba a que el
peronismo se desinflaba como fuerza política. Lo
manifestado por Repetto, en el reportaje, da la
impresión que la Argentina volviera a los tiempos del
Restaurador, Juan Manuel de Rosas. Esto ocurría, en el
año 1946. Faltaba mucho más todavía,
Carlos Machado dice lo siguiente "La democracia ha triunfado
en la Argentina," titula "El País", el 25.
Calificó las elecciones como inobjetables, con los
testimonios de los dirigentes de la oposición. Y
mientras se aguardaban resultados, porque los escrutinios no
fueron inmediatos, adelantó este juicio: "se realizan
cálculos que establezcan la verdadera dimensión
de la victoria de la Unión Democrática". El
canciller seguro, le cursó un telegrama de
felicitación al candidato de la coalición. Una
insólita pifia.Por un cuarto de millón de votos se produjo
la victoria de Perón, que venció a Tamborini en
todas las provincias, menos una". El matutino, que se
considera primero siempre, apostó sus boletos al
triunfo de la Unión Democrática, en las
elecciones argentinas del año 1946. Pero, siempre hay
un pero, al diario "El País" el tiro le salió
por la culata. "Primero siempre", no quiere decir, "le
acertamos siempre". Ganó Perón. Lo peor de lo
peor, fue que Rodríguez Larreta, el canciller
intervensionista, más que seguro, segurísimo,
le cursó, según Machado, un telegrama de
felicitaciones al candidato de la Unión
Democrática. Ganó Perón. A el,
también le salió el tiro por la culata y lo
dejo con "traumatismo de cráneo" y con "perdida de
conocimiento" intervensionista.
La abierta y fracasada intervención en los
asuntos electorales de la Argentina, por parte del gobierno de
Amézaga, tubo como resultado que el gobierno uruguayo
quedara muy mal parado entre los países
latino-.americanos
.El director, del semanario uruguayo "Marcha",
Carlos Quijano, un 5 de abril de 1946 se refería a la
política llevada adelante por el gobierno de
Amézaga hacia la Argentina, de la siguiente manera
"Afeitados y sin visita. Así hemos quedado,
después de tantas alharacas; luego de tantas
obsecuencias; a pesar de haber echado por la borda, los
principios, los intereses y aún la auténtica
tradición nacional y americana en la materia; no
obstante habernos ganado el repudio y la desconfianza de las
demás naciones americanas, cuando en nuestro triste
papel de "caddy" que sigue la pelota, nos lanzamos a
resucitar para mayor gloria del Sr. Braden y demás, la
"doctrina" intervensionista. Así hemos quedado, ahora
que Estados Unidos o mejor dicho el Departamento de Estado,
cambia el rumbo impuesto por el desorbitado Braden y se
dispone a reanudar sus relaciones con la Argentina. Final
previsto de una política internacional sin precedentes
por lo disparatada. Final previsto y que como tal, en tiempo,
anunciamos. Era lo único que le faltaba al funesto
gobierno del Sr. Amézaga para pasar a la historia. Que
después de utilizarlo como punta de lanza, lo dejaran
arrumbado atrás de la puerta. Si el país no ha
perdido- y así queremos creerlo- el sentido de su
decoro, no podría dejar pasar sin sanción,
cuando la oportunidad llegue, tantas torpezas juntas de las
cuales, en definitiva, él, él país, ha
sido y es la principal víctima". Afeitados y sin
visita, dice Quijano, refiriéndose a como había
quedado el Uruguay y la administración
intervensionista de Amézaga luego que el gobierno
norteamericano mediante el departamento de Estado, cambia el
rumbo impuesto por el inefable Braden y se dispone a reanudar
sus relaciones con la Argentina. El gobierno norteamericano
mediante Braden utilizo al utilizable gobierno de
Amézaga, como punta de lanza, según Quijano,
contra la Argentina de Farrell y del candidato a la
presidencia, Juan Perón. Para después, ser
tirado y abandonado por el Tío Sam como una escoba
vieja en un basural de esquina.
El 1 de marzo de 1951, Andrés Martínez
Trueba asumió la primera magistratura, siendo esto el
resultado de las elecciones nacionales realizadas en el Uruguay
en el año 1950. En esas elecciones, salió
triunfador el Partido Colorado con la formula Andrés
Martínez Trueba – Alfredo Brum, pertenecientes ambos
a la lista 15. En la República Argentina, el 28 de
septiembre de 1951, se produjo un alzamiento militar contra el
gobierno constitucional de Juan Perón, pero fracasó
rotundamente.
Con respecto, a lo sucedido ese 28 de septiembre de
1951, Gregorio Selser dice lo siguiente "Alzamiento militar
comandado por el general Benjamín Menéndez, en
Campo de Mayo y las bases aéreas de El Palomar,
Morón y Punta Indio. Fracasa y Perón la designa
despectivamente como "chirinada"." Para Claudio Rappolini, el
28 de septiembre de 1951 en la Argentina, sucedió lo
siguiente " Se produce en Argentina una sublevación
contra el gobierno de Juan Domingo Perón, encabezada
por los generales Menéndez y Rawson. Aviones rebeldes
sobrevuelan Buenos Aires, sin embargo la revuelta
fracasó al no plegarse como había prometido el
8º Regimiento Blindado. Aviones con jefes rebeldes
aterrizan en Uruguay buscando refugio y nuestro gobierno se
los otorga, devolviendo los aparatos a
Argentina"..
El gobierno colorado de Andrés Martínez
Trueba les otorga refugio, a golpistas fracasados que se
encontraban escondidos en el Uruguay debido a que habían
querido derrocar a un presidente, como lo era Perón,
elegido democráticamente por los ciudadanos argentinos. En
el año 1954 un 26 de noviembre se realizaron las
elecciones nacionales en el Uruguay. El ganador de las mismas fue
nuevamente el Partido Colorado (había estado en el
gobierno en los periodos 1943-1947,1947-1951 y 1951-1954) y
dentro del partido el sector mas votado fue la llamada lista "15"
conducida por Luis Batlle. El 1 de marzo de 1955 asumieron sus
cargos los integrantes del nuevo colegiado (en el año 1952
había entrado en vigencia una nueva constitución nacional siendo su principal
característica que el Poder
Ejecutivo paso de ser unipersonal a estar organizado con un
sistema colegiado
integral), estando a la cabeza del mismo, Luis Batlle, por la
lista "15".
En 1955 en la Argentina, el régimen peronista se
encontraba bastante jaqueado por las presiones internas (la
violencia
política entre gobierno y oposición había
aumentado), las externas (el imperialismo
yanqui en el año 1954 había lanzado una fuerte
contraofensiva en América
Latina para derrocar a los gobiernos nacional populares como
el de Jacobo Arbenz en Guatemala y
luego Getulio Vargas en Brasil y el otro
en su lista era Perón) y también por su
situación económica.
Como bien dice Vivián Trías "El
populismo es un hijo de la opulencia transitoria de la
inmediata post-guerra, con cuantiosas reservas monetarias
acumuladas por el conflicto y su hambre de productos
básicos ("el oro no deja caminar en los pasillos del
Banco Central", decía Perón). La caída
de los precios de las exportaciones, el alza de los precios
de los bienes importados, la competencia del capital
extranjero en los mercados trastrueca el panorama. Las
divisas se evaporan, hay que recurrir al crédito
externo y la inflación asoma inquietante. Sólo
con reformas estructurales que no produjo, el populismo pudo
salvar el trance que le plantea el rea-condicionamiento de su
entorno y continuar solventando dignos niveles de vida para
las masas. No son los cambios en la coyuntura internacional
los que lo bloquean y precipitan su caída. Pero es su
presión la que desnuda las limitaciones y debilidades
del populismo, la que exaspera sus contradicciones y envenena
sus omisiones." En otros términos, los años
"dorados" del peronismo ya habían quedado atrás
en el tiempo-En lo que hace, a Luis Batlle y su más que
difícil diálogo y no diálogo con
Perón, Carlos Machado lo resume así "Iguales
expresiones, a lo largo del 55, se habían multiplicado
en contra de Perón. Batlle Berres había sido
autor, casi diez años antes, de un pronóstico
errado: "la inmensa mayoría –no podemos decir,
por desgracia, la totalidad, pero podemos decir una
abrumadora mayoría de los trabajadores argentinos-
están contra Perón ".Intento la defensa de
Braden: "se pretende decir en estos instantes que EE.UU.
quiere intervenir en la política Argentina… yo digo
que es al revés". Profetizó disgustos: "si
Perón alcanza el gobierno será para todos los
vecinos motivo de inmensa preocupación y de grandes
dolores de cabeza".Se acercó, sin embargo, a
Perón, durante su primera gestión presidencial,
intentando acrecer la corriente turística de
procedencia argentina, comprando carne y vendiendo arena.
Argentina denunció después la venta de esa
carne para el exterior y detuvo sus compras denunciando
apremios en los pagos ("se organizaron las
compañías arenaras argentinas y hoy ciento
cincuenta barcos y casi diez mil obreros argentinos viven de
esa actividad", dirá luego Perón).
Indispuestas de nuevo aquellas relaciones se le dio
"piedra libre"a los opositores argentinos para conspirar, sin
mucho disimulo, desde el Uruguay. "Como si la hospitalidad que
les brinda ese país tuviese por precio el
ataque sistemático y soez al Presidente de la Nación
Argentina", protestó Buenos Aires".
Esta claro, que desde el año 1945 Luis Batlle, no tenia
una buena opinión sobre Perón y llegado el
año 1955 y estando ya al frente del segundo gobierno
colegiado en el Uruguay, su opinión negativa sobre el
presidente de los argentinos (ya en su segunda presidencia desde
el 4 de Junio del año 1952), no había variado para
nada.
En la República Argentina, el 16 de junio del
año 1955, se produjo otra intentona golpista contra el
gobierno constitucional de Juan Perón.
Con respecto, a lo sucedido el 16 de junio de 1955,
Gregorio Selser dice lo siguiente "Como culminación de
la serie de actos de desagravio a la bandera, se dispone que
una escuadrilla de diez aviones a retropropulsión
sobrevuelen la Catedral de Buenos Aires, en Plaza de Mayo.
Ignorándolo Perón, ese vuelo debe convertirse
en la señal de una insurrección conjunta de las
tres fuerzas armadas y comandos civiles, que debía
iniciarse a las 8. Pero debido a una imprevista niebla, los
aviones sólo pueden alzar vuelo a las 10. Durante ese
lapso Perón es informado de la conjura y se traslada
al Ministerio del Ejército. Al mediodía aviones
navales bombardean la Casa Rosada y sus adyacencias, al
tiempo que fracasan los intentos de la infantería de
marina de apoderarse del sector. Las víctimas se
cuentan por centenares y los aviones que participaron de la
acción parten hacia Uruguay".Con respecto, al bombardeo en Plaza de Mayo por
parte de los aviones navales, Miguel Bonasso, dice lo
siguiente "Según algunos informes hubo 156 civiles
muertos y unos 900 heridos. Fuentes sindicales elevan los
muertos a 350 y los heridos a cerca de 2.000. Más
allá de la exactitud de las cifras, fue el primer
bombardeo de una ciudad latinoamericana sin que mediara
guerra civil o convencional".
Lo que sucedió aquel 16 de junio de 1955 es una
intentona golpista por parte de los sectores anti-peronistas de
las fuerzas armadas argentinas contra un gobierno
democráticamente elegido por sus ciudadanos. En las
elecciones nacionales realizadas el 11 de noviembre del
año 1951. Al fracasar el golpe de estado
anti-peronista los aviones causantes de la masacre en Plaza de
Mayo parten hacia el Uruguay.
En relación a esto, Leopoldo Amondarain, dice
lo siguiente "Como el levantamiento fracasó en esa
oportunidad, los aviones con sus asesinos se "rajaron" al
Uruguay bajo la protección y asilo del gobierno del
papá, don Luis Batlle Berres". En el Uruguay, el
gobierno que estaba en ese momento al frente del país
era el llamado colegiado de la "15" encabezado por Luis
Batlle que, según Amondarain, le dio protección
y asilo a los golpistas y asesinos de Plaza de Mayo. En los
hechos, la llamada "Suiza de América" no mantuvo para
nada una política de neutralidad ante el fuerte
enfrentamiento que se daba en la Argentina entre peronistas y
anti-peronistas. A esto se le suma, que Montevideo la "Atenas
del Plata" se transformo en los tiempos de Perón en
una santuario donde con-vivían es justo decirlo
verdaderos perseguidos políticos del peronismo con
terroristas anti-peronistas.
En la Argentina, el 16 de setiembre de 1955 comenzaba en
Córdoba lo que luego sería llamada "Revolución
Libertadora" y el 23 del mismo mes una columna de tanques y
blindados llega a la capital y
asume el gobierno de la república. Es decir, se produce en
la Argentina un golpe de estado oligárquico-imperialista
contra el gobierno constitucional de Juan Perón. En
Uruguay, la población sintió una gran
alegría cuando se entero por la radio del
desplome del régimen peronista en la Argentina.
Es así que Claudio Rappolini dice lo
siguiente:"Perón renuncia y se refugia en una
cañonera paraguaya. Una multitud se vuelca a las
calles en Montevideo". La "Atenas del Plata", en el
día 20 de setiembre de 1955 era una interminable
fiesta antiperonista.En el año 1949, el historiador argentino
Jorge Abelardo Ramos, decía lo siguiente "El papel
jugado por la oligarquía uruguaya y su pequeña
burguesía "democrática" es manifiestamente
reaccionario y su pretendida defensa de las "libertades
democráticas" es una hipócrita cobertura de su
auténtica defensa de los negreros imperialistas del
Norte en su lucha contra las conquistas nacionales y sociales
del pueblo argentino. Uruguay se ha convertido en la punta de
lanza del imperialismo en el Sur". Es así que, el
Uruguay desde 1943 a 1958 estuvo bajo gobiernos
pertenecientes al Partido Colorado que propiciaron una
política abiertamente intervensionista en los asuntos
internos de la Argentina de Perón que llevo a que el
país se convirtiera en esos años, al decir
Abelardo Ramos, en la punta de lanza del imperialismo yanqui
en la Cuenca del Plata.
En el Uruguay del 2003, otro gobierno del Partido
Colorado, en este caso, el presidido por Jorge Batlle (un
neoliberal y además hijo de Luis Batlle), interviene
abiertamente en los asuntos electorales de la República
Argentina. El presidente uruguayo apostó sin lugar a dudas
a que el resultado de las elecciones nacionales en el vecino
país favorecería a Carlos Menen. Es decir, al
neoliberalismo.
El muy seguro presidente Jorge Batlle le dijo a la
cadena de noticias CNN lo siguiente"El próximo
presidente de Argentina será Menen". Lo dicho por el
presidente uruguayo, era un claro apoyo a que en la
República Argentina se siguiera manteniendo un modelo
de sociedad, el menemista, que por su "filosofía
política" y su "economía política", se
da de patadas con las banderas históricas del
Justicialismo. Es decir, soberanía política,
independencia económica, justicia social, tercera
posición y unidad latinoamericana.
Finalmente, el ganador de las elecciones en la Argentina
fue Néstor Kirchner. Un peronista que retoma al menos en
el discurso las
alicaídas o abandonadas banderas del peronismo
fundacional. Después, que Néstor Kirchner es ungido
presidente de los argentinos. El presidente uruguayo, tiene
grandes diferencias con su par argentino, no solo en el tema de
los derechos humanos
(caso de la nuera del poeta argentino Juan Gelman), sino
también, con otros temas, como el MERCOSUR, el
ALCA y el
Consenso de Buenos Aires. Las opiniones del presidente Batlle
sobre el MERCOSUR y el ALCA están alineadas con la
visión que tiene de estos dos importantes temas la
administración republicana de George W. Bush. Es
decir, son opiniones abiertamente anti-Mercosur y
pro-alca.
En el año 1960, el escritor uruguayo Mario
Benedetti decía del Uruguay lo siguiente "La verdad es
que el Uruguay hace tiempo que vive de espalda a
América. La verdad es que al Uruguay parece no
interesarle la suerte de esos hermanos continentales a los
que nuestros especialistas en democracia consagran tantos
ditirambos de ocasión, tanta adulona y obviables de
ternura, tanto verbo y tanta tinta junto a tan poca
acción verdaderamente solidaria. ¿Qué ha
pasado en nuestro país, qué curioso vuelco ha
hecho posible, en sólo sesenta años, el
retroceso que significa haber partido de Ariel de Rodó
para arribar a los increíbles, tendenciosos
editoriales de Eduardo Rodríguez Larreta, que
consiguen premios Cabot en Norteamérica y
atónita indignación en América del Sur?
¿De qué horrible culpa somos (en cuanto pueblo)
responsables, como para que cerremos los ojos y no queramos
ver que la desperdigada, incomunicada, dividida
América Latina, al fin ha comprendido que debe unirse
en un solo haz, concentrarse en un solo frente, si es que
quiere sobrevivir y hacer oír su voz, original y noble
como pocas? ¿Qué absurdo prejuicio nos impide a
los uruguayos reconocer que, si seguimos en este rumbo,
acabaremos por ser los únicos latinoamericanos
pasibles de ser acusados de traición a América
Latina?"
El Uruguay bajo el gobierno de Jorge Batlle al igual que
los gobiernos colorados que van de 1943 a 1958 no solo vive de
espalda a América Latina y mirando a la del Norte sino que
peor aun asume el viejo papel de ser punta de lanza del
imperialismo yanqui en la Cuenca del Plata. Esto quiere decir,
sustancialmente, que el Uruguay siga jugando como hasta hoy el
rol de ser un estado cuña entre la Argentina del
presidente peronista Néstor Kirchner y el Brasil de
Ignacio Lula Da Silva y así poder frenar
toda política de ampliación y profundización
del MERCOSUR. Que hoy, es sinónimo de integración sudamericana y
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Autor:
Lic. Augusto Batista
Stasiuk
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